Con el estreno de más de 500 producciones originales, nunca antes la TV tuvo una oferta tan grande. Tanto que algunas voces en la industria advierten de la existencia de una «burbuja». El uso del big data y los contenidos audiovisuales personalizados se perfilan como alternativa

En 1956 el geofísico Marion King Hubbert predijo en su Teoría del Pico que la producción mundial de petróleo llegaría a su cenit y después declinará tan rápido como creció. Su vaticinio se cumplió cuando las restricciones energéticas y un incremento del precio del petróleo y del gas afectaron a las potencias industrializadas en 1970. Luego vino la crisis de 1973 y un descenso de la producción mundial de petróleo hasta la década de los 80.

En un fenómeno parecido, pero dentro del ecosistema televisivo, parecía pensar el ejecutivo de FX John Landgraf al introducir en el debate sobre el cambio radical de modelo televisivo, el término Peak TV. “Sencillamente hay demasiada tele y la audiencia está agobiada ante tantos programas y series«, afirmó. Citando un estudio de la cadena, afirmó que «en 2017 se estrenarán más de 500 series originales«, superando la cifra de 2016. «Después habrá que separar la paja del trigo, en un proceso de darwinismo televisivo que se inclinará hacia las grandes compañías con las series importantes y los recursos económicos para capear el temporal«, considera Landgraf.

Peak TV y la «burbuja» de las series

Según los cálculos del ejecutivo, 2016 prometía ser el año del pinchazo de la burbuja, fecha que postergó primero hasta 2017 y luego hasta 2019, cuando Netflix haya concluido su expansión mundial. Mientras tanto, el gigante de la televisión en streaming anuncia una inversión de más de 5.000 millones de dólares en contenidos globales de 600 horas de emisión con series propias, películas y documentales. Barridas por las plataformas VOD -Video On Demand-, son las compañías de cable -proveedoras de contenidos hasta 2010- quienes lo están pasando mal. Tanto que en agosto de 2015 vieron sus acciones desplomarse en Wall Street en un «miércoles negro».

Estamos ante las etapas finales de la burbuja, jugando al juego de las sillas y estas están empezando a desparecer«, sentencia Landgraf al tiempo que denuncia la amenaza de monopolio que Netflix supone para la industria. Por su parte, empresas como Youtube o Apple -que negocia con estudios de Hollywood la producción de sus primeros contenidos televisivos-  quieren entrar en el sector.

Big data y match-learning para una televisión personalizada

La irrupción de plataformas de VOD como HuluAmazonCrackle o HBO -además de Netflix-, el cambio en cómo los telespectadores ven la televisión y el amenazado modelo de ingresos por publicidad,  está transformado el sector audiovisual. La oferta cada vez más masiva y global de contenidos -solo el catálogo de VOD de Movistar Plus es de 16.000 títulos- busca en una TV más personalizada su solución a medio plazo. «Es la estrategia ante tanta diversidad, dar a cada uno lo suyo», asegura Manuel Aldana, gerente de programación de Movistar Plus. Por ejemplo, comprar series en función de los parámetros arrojados por los big data de sus usuarios. «La prescripción es la solución al exceso de oferta televisiva«, añade.

El empleo de las métricas basadas en la huella digital que dejan los espectadores de «segunda pantalla» -los que interactúan en Internet mientras ven una serie en la TV- está revolucionando el sector bajo el denominado match-learning

El empleo de estas métricas basadas en la huella digital que dejan los espectadores de «segunda pantalla» -los que interactúan en Internet mientras ven una serie en la TV- está revolucionando el sector bajo el denominado match-learning. «Netflix lo usó para crear House Of Cards, utilizando el big data de sus usuarios. Otro ejemplo son las predicciones que realiza la interfaz de usuario«, explica Eva P. Fernández, responsable de Big Data de Creta Producciones. «Ante tanta oferta es fundamental captar la atención de los espectadores. Ahí va a entrar en juego la Inteligencia Artificial con herramientas como el asesor virtual de Amazon, Alexa«. «La asistencia puede ayudarnos a tomar decisiones, sobretodo en prime-time. Es el momento en que se forma el gusto del espectador, después de la jornada diaria. Entonces estamos preparados para ser influidos por los programadores«, destaca Francisco Asensi, directivo de Endemol Beyond Iberia.

Hacia un consumo televisivo contextual

«La presión de estar al día en una serie es enorme«, reconoce Elena Neira de la Otra Pantalla. «Además, está el very long tail, otro elemento que engorda la «burbuja» al alargar la vida del catálogo con series más antiguas, no solo estrenos explica. «Hay una crisis del concepto tradicional de audiencia -las empresas que se dedican a la métrica no saben qué medir-. Ya no hay espectador televisivo, sino audiovisual; la audiencia se entiende de una forma más amplia, no limitada a la parrilla«, recalca Elena Neira.

Aplicado al número de libros que se compran y se apilan en casa sin leer, el Tsundoku, empieza a hacer mella en los seriéfilos. Este concepto japonés describe la angustia del espectador cuando acumula un número creciente de series para ver. «No tenemos tiempo, y del poco que tenemos destinamos 3,8 horas diarias a ver la TV -en EEUU son 5,5 horas- y queremos que nos digan qué ver», señala Berni Melero de Knowdle Media Group, presentando Buaala, una «parrilla inteligente«. «Hace diez años Netflix apostó por el consumo individual compartido. La TV actual camina hacia un consumo contextual, basado en situaciones diferentes, como destaca la última campaña de Hulu«, comenta.

Fuente: Bez.es